¡Fuera Microsoft de Conectar Igualdad!

Desde Cybercirujas expresamos nuestro más enérgico repudio ante esta medida totalmente arbitraria, que no solo es un atropello a la soberanía tecnológica del país, sino, peor aún, una violación a la privacidad de los datos de nuestros jóvenes.

¡Fuera Microsoft de Conectar Igualdad!

El miércoles de esta semana se dio a conocer por medio del boletín oficial una noticia que en principio nos llenó de alegría: el gobierno nacional derogaba los decretos de la gestión de Mauricio Macri que habían dado de baja el programa Conectar Igualdad, reviviendo así este programa de redistribución de hardware en la población estudiantil. Ante los primeros momentos de entusiasmo, surgieron prontamente las dudas. ¿Qué pasaría con el Plan Federal Juana Manso? ¿Qué lineamientos en cuanto a software seguiría este relanzamiento? Recordemos que durante el 2021 pudimos celebrar la decisión de incorporar solamente Huayra Linux como sistema operativo (SO) en las netbooks del Juana Manso, ¿qué pasaría ahora?

No tuvimos que esperar demasiado, ni tampoco nos dieron el tiempo para hacernos más preguntas, porque prontamente salieron los pliegos de licitación donde se respondían todas nuestras dudas. Ante la victoria obtenida durante el 2021, la revancha de Microsoft no se hizo esperar, porque en las licitaciones actuales se deja ver que los equipos poseerán un doble booteo, es decir, tendrán dos sistemas operativos: Huayra Linux y Windows 10.

¿Qué implicancias tiene esta decisión arbitraria, cuando previamente había ganado la utilización de Huayra como único SO? En primer lugar, significará que Huayra Linux, un SO desarrollado y mantenido en el país dejará de ser la primera opción a la hora de utilizar las computadoras. Las experiencias en el aula así lo demuestran: cuando había doble booteo, prácticamente ningún docente ni alumno utilizaba Huayra; de esta manera el Ministerio desconoce, ningunea y deja de lado no solo a los equipos que mantienen dicho SO, sino a la comunidad de software libre que participa en el desarrollo y la resolución de problemas a los usuarios y usuarias.

Por otro lado tenemos el ya tan conocido tema del licenciamiento del software, del cual ni siquiera hace falta que nos extendamos demasiado. La licitación no es del todo clara en esto, pero de algo estamos seguros: Microsoft no regala nada, a lo sumo podrá hacer algún tipo de descuento. Estamos hablando de una licitación para 1 millón de portátiles; sabido es que Microsoft no hace dinero vendiendo licencias a usuarios finales, sino más bien a empresas y entidades públicas. Además no solo se trata de una licencia de Windows sino también de la suite ofimática, por lo cual el gasto se acrecienta; recordemos además que todas estas licencias se cotizan en dólares y convengamos que en nuestro país los dólares escasean. Tampoco debemos olvidar que el mercado de software actual es cuanto menos mafioso, ya que al adquirir una licencia no estás adquiriendo el producto en si, sino que la empresa, Microsoft, te está dando una licencia de uso que debe ser utilizada bajo sus estrictos y draconianos términos; si Microsoft quiere, de la noche a la mañana, puede revocar todas las licencias de uso, dejando sin SO a los equipos.

Pero tal vez el problema mayor que vislumbramos no tenga directamente que ver con la utilización de software privativo y la compra de costosas licencias de uso, sino más bien con la privacidad y el resguardo de la información de nuestros alumnos y alumnas. Recordemos que Conectar Igualdad es un plan enfocado a jóvenes estudiantes de la secundaria. Son los jóvenes el sector a donde apuntan todas las estrategias de marketing y las grandes campañas publicitarias, porque son ellos quienes se están formando y generando sus propios hábitos de consumo, a la vez que van forjando sus propias identidades. Las grandes tecnológicas, que dominan el mercado de Internet y de consumo, apuntan cada vez más hacia ese sector, utilizando las plataformas de redes sociales como punta de lanza para recolectar información de preferencias y analizarla mediante complejos algoritmos, big data y modelos de IA.

Hace varios años que el sistema operativo de Microsoft incluye distintos servicios de telemetría, es decir, funciones de recopilación de información tales como la geolocalización del equipo, keylogging (qué y cómo escribimos en el teclado), qué programas utilizamos, cuáles tenemos instalados, metadata de nuestro disco rígido, cómo navegamos en Internet y donde hacemos clic e incluso si tenemos el reconocimiento por voz el micrófono estará siempre escuchando. Todas estas opciones se dejan por default en las computadoras de alumnos y alumnas; cualquier docente de primaria de la CABA que haya visto las últimas netbooks que se entregaron en 2019 podrá corroborar esto que decimos. No solo le estaremos pagando a Microsoft por costosas licencias de uso sino que además le estaremos regalando una inmensa base de datos de jóvenes, que son el sector más codiciado por estas empresas que se encargan de generar perfiles de futuros consumidores.

Ni siquiera hemos hecho mención a la obviedad de la obsolescencia programada, porque ya lo damos por sentado: somos cybercirujas y entendemos que la única forma de sacar provecho al hardware es utilizando software libre, nuestra única herramienta para luchar contra estas empresas que quieren decirnos cómo debemos utilizar nuestras computadoras. Pero el software libre no es simplemente una alternativa, un arma con la cual combatir la obsolescencia programada y exprimir cada MHz del procesador, cada megabyte de la memoria RAM. El software libre es nuestro escudo contra los enemigos del cómputo que quieren utilizar nuestra información personal para realizar espurios negocios. Si las netbooks viniesen solamente con Huayra Linux nos podríamos asegurar que el SO se dedicaría exclusivamente a servir al usuario y no a una empresa recolectando información por detrás, usufructuando nuestras vidas en pos de un interés netamente corporativo.

Desde Cybercirujas expresamos nuestro más enérgico repudio ante esta medida totalmente arbitraria, que no solo es un atropello a la soberanía tecnológica del país, sino, peor aún, una violación a la privacidad de los datos de nuestros jóvenes. Invitamos a la comunidad de hacktivistas, militantes del software libre, educadores, pedagogos, comunicadores y sociedad toda para sumarse a esta campaña de rechazo. El enemigo que tenemos frente es poderoso, pero la comunidad organizada puede cumplir sus metas si trabaja con una meta clara y esta es:

¡FUERA MICROSOFT DE CONECTAR IGUALDAD!